El Balance de Masa y Energía de la Vida: Ingeniería Estratégica para el Tercer Acto
- Juan Carlos Erdozain Rivera, MBA

- hace 2 horas
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¿Tienes un Plan Estratégico para tus próximos 8,000 días? Celebrando mi 45º aniversario como Ingeniero Químico, detecté un patrón inquietante, casi un "error de cálculo" en la ingeniería de vida de muchos colegas y líderes de mi generación.
La estadística es fría pero esperanzadora: gracias a la medicina moderna, tenemos una esperanza de vida activa de 15 a 20 años más. Son cerca de 8,000 días de lucidez potencial.
Sin embargo, veo a profesionales brillantes, con salud y experiencia, "auto-jubilarse" prematuramente. Y no lo hacen por falta de capacidad, sino porque han comprado una narrativa equivocada: "Ya voy de salida".
En este "Balance de Materia de la Vida", propongo detenernos a auditar esta decisión bajo una nueva óptica.

Por: Juan Carlos Erdozáin Consejero de Alta Dirección | Estratega de Negocios
Introducción: La Entropía y los 45 Años
Hace unos días, mientras me preparaba para reunirme con mis colegas de la generación de Ingeniería Química de la Universidad Iberoamericana para celebrar nuestro 45º aniversario de egreso, me encontré haciendo un cálculo que no venía en los libros de termodinámica de 1980.
Nos enseñaron a calcular el transporte de momentos de masa y energía, la cinética de los reactores y la resistencia de los materiales. Pero nadie nos dio la fórmula para calcular la resistencia de nuestro propio espíritu cuando el calendario marcara los 67 años.

Mirar hacia atrás es tentador. La nostalgia es un refugio cálido. Es fácil sentarse a recordar las "batallas ganadas" en la planta, en el corporativo, en la construcción de nuestras familias. Sin embargo, como estratega y consejero, sé que mirar demasiado por el espejo retrovisor es la forma más segura de estrellarse.
La realidad estadística es contundente: gracias a los avances de la ciencia, nuestra generación tiene una esperanza de vida activa que nos regala, en promedio, otros 15 a 20 años de lucidez. Estamos hablando de cerca de 8,000 días.
La pregunta que planteo hoy no es "¿Qué hicimos?", sino: ¿Cuál es el Plan Estratégico para estos 8,000 días? ¿Vamos a dejar que la entropía (el caos natural) dicte nuestro declive, o vamos a aplicar una ingeniería de vida para diseñar nuestro Tercer Acto?
I. El Síndrome del "Héroe Cansado" y la Falacia de la Salida

En mi práctica como consejero y en mi vida como académico, he sido testigo de un fenómeno desconcertante. Veo a hombres y mujeres de mi edad, con una salud envidiable y una capacidad intelectual intacta, apagarse voluntariamente.
Recientemente, observaba a un hombre que fundó una empresa exitosa, una persona brillante, alguien que construyó un patrimonio sólido. Sin embargo, su lenguaje no verbal grita derrota. Con una tristeza profunda en la mirada, repite como un mantra: "Ya es momento de que pasen los jóvenes. Yo ya voy de salida. Ya no tengo nada que hacer aquí".
Este hombre no está enfermo del cuerpo; está enfermo de narrativa. Sufre lo que yo llamo el Síndrome del Héroe Cansado.
Durante la primera mitad de nuestra vida, operamos bajo el arquetipo del Héroe: nuestra valía dependía de nuestra fuerza, de nuestra velocidad, de nuestra capacidad para cargar el mundo sobre los hombros y "hacer" cosas.
Pero el Héroe tiene fecha de caducidad. A los 65 años, intentar competir en "hacer" contra la tecnología o contra jóvenes de 30 años es una batalla perdida.
El error de mi generación es creer que, como ya no podemos ser el Héroe operativo, entonces no somos nada. Confundimos el fin de una etapa con el fin de la obra. Al decretar "ya voy de salida", activamos un efecto nocebo en nuestra psique: el cuerpo obedece a la mente y comienza a prepararse para el final, desperdiciando décadas de sabiduría potencial.
II. Una Distinción Vital: Fatiga por Ruptura vs. Fatiga por Fricción

Para diseñar una estrategia de vida correcta, primero debemos hacer un diagnóstico preciso. Al hablar de "retiro", la sociedad mete a todos en el mismo saco, y eso es un error grave. Debemos distinguir entre dos tipos de fatiga, tal como lo haríamos al analizar la falla de un material:
1. La Fatiga por Ruptura (El Retiro Legítimo) Hay personas que llegan a esta edad con el alma y el cuerpo rotos por trabajos esclavizantes, entornos tóxicos o una vida de supervivencia económica. Para ellos, el retiro es un acto de justicia y sanación. Su cese de actividades es una victoria sobre un sistema que los exprimió. A ellos, mi absoluto respeto: merecen el descanso del guerrero.
2. La Fatiga por Fricción (La Trampa de la Inercia) Pero hay otro grupo —y me atrevo a decir que muchos de mis colegas ingenieros y directivos caen aquí—. Son aquellos que se encuentran en un entorno favorable, con privilegios, conocimientos y plataformas para seguir aportando, pero deciden retirarse por inercia social o por un cansancio malentendido.
Muchos confunden el hartazgo de la burocracia (el tráfico, los impuestos, las juntas estériles) con el agotamiento de su talento. Sienten "fricción" con el entorno moderno y, para evitarla, deciden apagar el motor. El gran peligro es este: Confundir retirarse de la nómina con retirarse de la relevancia. Confundir la liberación de la agenda con la renuncia a la curiosidad.
Si estás en una posición de privilegio intelectual y te "auto-jubilas" sin un plan, no estás descansando; te estás oxidando. Y en ingeniería sabemos que el óxido es más destructivo que el desgaste por uso.
III. La Estrategia: De Operador a Arquitecto de Sabiduría

Si rechazamos la narrativa de la obsolescencia, ¿qué nos queda? Nos queda la transformación. Nos queda aplicar lo que llamo la Sabiduría Empresarial Intuitiva.
El Plan Estratégico para nuestros 60s y 70s debe basarse en tres pilares fundamentales:
1. La Síntesis sobre el Análisis

El mundo actual está ahogado en datos (Big Data), pero sediento de criterio. Un ingeniero joven puede correr una simulación en segundos, pero nosotros podemos mirar los resultados y saber, por "olfato" e historia, si la estrategia funcionará o si es un suicidio comercial. Nuestro valor agregado ya no es la velocidad de procesamiento, sino la Síntesis. Nuestra capacidad para conectar puntos que parecen aislados (historia, psicología, economía, técnica) es algo que la Inteligencia Artificial aún no puede replicar con alma. Dejemos de tratar de ser los operadores de la máquina y asumamos el rol de Arquitectos del sistema.
2. La Ley del Esfuerzo Inverso (El Principio de Huxley)

Aldous Huxley hablaba de la "Ley del Esfuerzo Inverso": mientras más intentas forzar algo con la voluntad consciente, menos éxito tienes. A los 40 años, resolvíamos problemas a base de fuerza bruta y horas extra. A los 68, esa estrategia es ineficiente y peligrosa para la salud. La maestría de esta etapa consiste en el Wu Wei (la acción sin esfuerzo). Consiste en saber qué batallas NO pelear. Consiste en influir sutilmente en lugar de mandar autoritariamente. La verdadera productividad senior es la elegancia: lograr más con el mínimo movimiento necesario.
3. La Curiosidad como Combustible

Miremos a Thomas Alva Edison o a los grandes pensadores de la historia. No se "retiraron" intelectualmente. Cambiaron el enfoque de sus experimentos. El antídoto contra la vejez mental es volver a ser novato en algo. Si creemos que ya lo sabemos todo, estamos muertos en vida. La estrategia requiere humildad para aprender cosas nuevas —ya sea historia medieval, nuevas tecnologías o filosofía— para mantener las sinapsis encendidas. La curiosidad es el único elixir de la juventud comprobado.
IV. El Rol del Mentor: La Torre de Control

Finalmente, debemos redefinir nuestra posición en el organigrama de la sociedad.
Regresando al ejemplo del hombre triste que siente que "estorba" a los jóvenes: su error es creer que debe seguir en la pista de carreras, bloqueando el paso de los bólidos nuevos. La solución no es irse a casa. La solución es subirse a la Torre de Control.
El mundo está lleno de ejecutivos y emprendedores jóvenes con aceleradores potentes pero sin frenos y sin mapa. Nosotros somos el mapa y quienes conocen el territorio. Nuestra generosidad (generatividad, diría Erikson) radica en ofrecer mentoría, en ser consejeros que advierten de las curvas peligrosas que ya recorrimos.
Ser un "Faro de luz" no es una metáfora poética vacía; es una función operativa crítica. Un faro no corre detrás de los barcos; permanece firme, cimentado en su roca, y emite señales para que otros no naufraguen. Esa es la dignidad de nuestro Tercer Acto.
Conclusión: La Ecuación Final

Colegas, amigos, compañeros de vida:
Los 45 años que celebramos no son un punto final. Son simplemente la base de datos que nos permite construir el modelo predictivo de lo que sigue.
No permitamos que la inercia social nos dicte que es hora de bajar la cortina. Si tenemos salud, claridad y experiencia, tenemos la obligación moral de seguir aportando. No por dinero, no por ego, sino porque la sabiduría es un recurso no renovable y no tenemos derecho a desperdiciarlo.
Brindemos por el pasado, sí. Pero trabajemos por el futuro. Que nuestra fatiga sea por haber pensado, amado y enseñado hasta el último aliento, y no por haber esperado el final sentados en un sillón.
La reacción química continúa. Sigamos transformando la materia y la energía.





Excelentes reflexiones Juan Carlos, saludos un abrazo.
Martin Hernandez